El camino de la luz es en realidad una ruta de exploración psíquica y profesional. En una era de confusión e incertidumbre, lo urgente es conseguir un balance deseable entre las acciones humanas y los valores que las sustentan. Sólo la luz orienta y conforta al viajero —en este caso el artista— que ha ingresado al laberinto cavernoso de la psique a buscar respuestas en un mundo tenebroso. Felix Suazo